Los criterios fundamentales que consideramos comunes a todos los grupos de consumo son:
- Relación lo más directa y humana posible, basada en la cooperación y el apoyo mutuo, entre las personas que consumen y las que producen. Esto favorece la confianza y la estabilidad de la relación.
- Fomento de la relación producción-consumo local, de modo que el transporte sea lo más corto posible.
- Impulso de unas condiciones de trabajo y de vida dignas para quienes producen.
- Ausencia de especulación con los precios.
- Preferencia por un consumo de productos locales y de temporada producidos de forma ecológica y sin embalajes o intentando que éstos sean reutilizados. Los productos de huerta son los fundamentales, si bien la mayoría de los grupos reciben también otros productos, mayoritariamente alimenticios.
- Autoorganización de los propios grupos de consumo, lo que favorece las relaciones interpersonales y genera espacios de intercambio más allá del consumo.
Los alimentos locales
Consumir alimentos cultivados en las cercanías de nuestro entorno permite mantener un medio rural vivo. Además, al reducir distancias de transporte eliminamos gasto de petróleo y obtenemos alimentos más frescos.
Los alimentos de temporada
Consumir alimentos de temporada nos asegura que los alimentos son frescos y están cosechados maduros. Por lo tanto, son más saludables y sabrosos. Además así nos aseguramos de que no están cultivados en el otro hemisferio, o en invernaderos muy forzados y poco sostenibles.
Y esto no quiere decir que nuestra alimentación sea poco variada, porque en cada época del año hay diversos alimentos, ¡y además nuestro cuerpo está adaptado desde hace miles de años a esta estacionalidad!
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